LUSACO
Por mucho que trate de afirmarse que previo a un Clásico Nacional las estadísticas se hacen a un lado y lo que cuenta es lo que hagan los jugadores en la cancha durante los noventa minutos de acción, todos sabemos que psicológicamente siempre un equipo entra más motivado que otro o menos presionado si es que queremos definirlo de otra manera.
El Clásico Nacional que se jugará este domingo 25 en la fresca e histórica ciudad de Diriamba seguramente no se vivirá como "un clásico más", sino que para la afición blanquinegra de corazón -la que jornada a jornada sigue, sufre y celebra- este duelo es una oportunidad, es el partido en el que se espera una reivindicación con el triunfo, un reencuentro con la mística del siempre aguerrido Cacique Diriangen para vencer y frenar el exitoso momento que ha alargado su acérrimo rival por más de una década.
Estos noventa minutos son los que de una vez por todas tienen que terminar de convencer a todo un pueblo de que ya no solo se puede vivir de historia, de que ya la camiseta blanquinegra no gana sola ante cualquier rival, peor aún ante un rival que ha trabajado organizadamente, que ha sembrado y cosechado, que ha apostado a la continuidad, que ha tenido respaldo a todos los niveles y sobre todo que tiene sus horizontes en el corto, mediano y largo plazo, bien definidos al menos para seguir siendo todo un modelo en nuestro modesto balompié.
La afición diriangenista no tiene culpa de que la mística de aquel Diriangen de los "catarro" Cuadra, de Peché Jirón, de Mauricio Cruz ó Libio Bendaña ó Sergio Gago esté divorciada de la realidad. No tiene culpa la afición de ver desfilar directores técnicos, de ver como los extranjeros que se contratan salen por la puerta de atrás y a duras penas igualan el nivel de los nacionales... En fin, el Diriangenista de corazón no tiene culpa de como toda una generación nace en casa, se consolida, gusta, genera expectativas ... pero no gana nada y después ... después vienen los lamentos y a veces insultos personales cuando deciden buscar mejores horizontes.
Este Clásico es el que todo diriambino quiere asistir para ver a sus once guerreros partirse la vida en el rectángulo de juego, ver como se suda y defienden más de 90 años de historia, es el partido donde lo que más se espera es ganar para reírse del rival, ganar para burlarse de los pronósticos y sacar la casta, defender el mote de cuna del futbol nacional.
EL ACERRIMO RIVAL
Señores, este Diriangen tendrá enfrente a un Real Estelí que hasta el momento, sumando Apertura y Clausura, le saca 27 puntos de ventaja a los blanquinegros, algo abismal si lo vemos de que teóricamente son los dos referentes del balompié nicaragüense.
Estableciendo comparaciones solo del actual Clausura, los rojiblancos (31) superan a los diriambinos (15) por 16 puntos, diferencia que claramente se explica en el cuadro de abajo.
De los 26 goles que anota el Real Estelí, 9 están repartidos entre Rudel Calero (5) y Wilber Sánchez (4) dos veteranos, experimentados, que siguen mostrando utilidad para su club. Agreguen que de esos 26 tantos, 8 corresponden a tres de los jugadores extranjeros del club, lo cual también demuestra el factor: utilidad y rendimiento. En frente, el máximo anotador cacique tiene dos goles y sus extranjeros solo marcan tres, uno por cabeza.
Finalmente hablemos del momento. Tomemos como referencias los tres últimos partidos jugados por cada club. Real Estelí viene de marcha perfecta al ganar los nueve puntos disputados gracias a anotar 8 goles y recibir solamente uno al ligar tres victorias consecutivas ante Chinandega (3x1), Juventus (2x0) y Real Madriz (3x0), por su parte Diriangen gana solo dos puntos de nueve disputados gracias a 3 goles anotados y 4 permitidos. Derrota ante Ferreti (1x2) y empates consecutivos ante Managua FC (2x2) y Chinandega FC (0x0), estos últimos como "local".
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