miércoles, 23 de marzo de 2011

¿QUE SEGURIDAD HABRA EN EL IND?

La separación de "barras" debería ser obligatoria, pero ¿qué otras medidas preventivas habrá?
Los policías deben dejar de ser espectadores y poner el orden.
LETZIRA SEVILLA BOLAÑOS
Estamos a las puertas de un nuevo enfrentamiento entre Caciques del Diriangén y Deportivo Ferreti, que más que despertar curiosidad y ponernos a hacer estadísticas de probabilidades de triunfo para ambos bandos, lo que provoca es que venga a la mente la interrogante de si esta vez el duelo será solo en el terreno de juego o pasará a más.
Los antecedentes inmediatos nos obligan a sentarnos y meditar sobre el inminente riesgo de batalla campal que se aproxima. Los precedentes los encontramos en los hechos suscitados durante la final del torneo apertura, cuando Diriamba se volvió un caos total, en una situación que se salió de las manos de los policías.
No obstante, la mayor preocupación deviene de la actitud de los fanáticos del Walter Ferreti en el Estadio de San Marcos en el duelo que Diriangén ganó 2-0. Ese día, aunque había efectivos policiales, los pocos aficionados rojinegros intentaron armar la trifulca, incluida la mamá de Denis “El Pulpo” Espinoza, portero del team capitalino.
Esta señora llegó al extremo de gritar improperios y de intentar agredir a varias diriambinas. Afortunadamente el asunto no resultó en debacle, sin embargo, los aficionados capitalinos, no contentos con ese intento fallido, emboscaron a los diriambinos en el encuentro que estos tuvieron con el Managua FC en el Olímpico del IND.
Una vez más nadie dijo esta boca es mía y como siempre el Walter Ferreti salió ileso de sanciones, aún cuando eran sus aficionados reconocidos los que armaron la trifulca en las gradería y hasta se atrevieron a agredir con una botella al jugador cacique Darwing Ramírez.
Al final un futbolista diriambino se ganó una sanción y el Managua fue castigado con dos fechas a puertas cerradas, pero el trasfondo del asunto es qué diablos hacían estos ferretistas en un juego que no era de su equipo.
Si bien es cierto tenían derecho a acceder a las instalaciones por ser públicas y porque pagaron su entrada, no tenían potestad de perjudicar a los clubes que se fajaron en la cancha.
Alegaron que había poca presencia policial, pero en realidad la esencia del asunto está en que algunas barras, aunque estén mil antimotines, tienen licencia para delinquir, puesto que además de protección policial suman a su favor el beneplácito de la Federación Nicaraguense de Fútbol, que nunca ve lo que hacen.
Qué medidas tomará la Federación para dar seguridad a los aficionados de verdad que saben que los odios son estúpidos después de noventa minutos en los que la cancha es el principal testigo de los méritos y debilidades de cada juego. Es hora de castigar parejo y enseñar que aquí nadie debe estar encima de nadie, tenemos derecho a disfrutar el fútbol en un ambiente de sana competencia en el que no se atente contra la integridad física.
Gracias a estas negligencias los estadios han pasado de ser centros de esparcimiento y recreación sana a encordados de boxeo callejero en el que reina la ley del sálvese quien pueda. Ya no se puede asistir en familia y lo que es peor aún, nadie responde por nada y los menos culpables terminan pagando los platos rotos.
El juego entre Ferreti y Diriangén será el sábado, a las tres de la tarde, en el IND.

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