LUSACO
Me acuerdo de aquellos días en que Adrián Morales “mordía” el banco de suplentes del MANAGUA FC. Fueron momentos de pocos minutos de acción, de poca confianza y por supuesto de pocos goles marcados para quien cargaba antecedentes de ser goleador en su carrera futbolística.
Para el actual Torneo de Clausura 2010 – 2011 –de Primera División- Morales apareció como refuerzo de los diablos rojos del AMERICA FC y en manos de un estratega como Martin Mena, Adrián recibió parte de lo que más le hacía falta: confianza y minutos de juego.
Por supuesto que para un jugador que desde sus inicios en el fútbol nica -en Chinandega- había sido referente de goles, éstos no podían dejarlo naufragar en su nueva casaca.
Por ello con esa frialdad muchas veces indispensable, con la experiencia que los minutos/cancha permiten acumular y sin perder ese olfato dentro del área más la contundencia para vencer la meta contraria, Adrián se convirtió en el diablo mayor de los americanistas marcando goles importantes y convirtiéndose en el referente del ataque rojo.
El caso del chinandegano Adrián Morales ò Rene Montoya del Juventus de Segunda, refleja el típico ejemplo del error que cometen algunas organizaciones al no meterse de lleno en el mercado nacional para la “búsqueda y seguimiento” de jugadores y prefieran tirar el dinero en la lotería de extranjeros que después –en la mayoría de los casos- resultan un chasco.
Adrián Morales se reencontró con el gol en el Clausura y podría ser un delantero útil para otros equipos en caso de que los diablos desciendan via repechaje.
Se me ocurre plantear la hipótesis de que Morales no devenga un salario aproximado quizás al que reciben jugadores extranjeros o algunos nacionales que al final de temporada entregan saldos negativos en cuanto su rendimiento individual y su aporte a la consecución de resultados colectivos.
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