LUSACO
De repente todo cambia, lo que suele ser un domingo de fútbol, un pase a una final en juego, una competencia deportiva... deja de serlo.
Muchas familias aprovechan el deporte para tomarse un momento de recreación y esparcimiento. Acudir a un estadio, llevar a la esposa e hijos es un momento esperado en la semana, y si además juega el equipo de tu preferencia... mejor.
Pero ya en los últimos años se ha vuelto una costumbre de que cada enfrentamiento de fútbol termine en batallas campales que involucra a fanáticos -ganadores y perdedores- y que viene a afectar a todos. La inseguridad se vuelve constante ahora hasta para ir a ver fútbol. El temor a un vidrio quebrado, el temor a un botellazo, el temor a ser víctima se engrandece mientras en la cancha los jugadores se multiplican para dar realce al verdadero espectáculo: el encuentro del fútbol.
Hoy domingo no fue la excepción... Solo vale mencionar que la afición del Walter Ferreti en medio de su desborde natural y logico de entusiasmo no debió de cometer la imprudencia de provocar a los aficionados diriangenistas... con solo eso se hubiése evitado mucho...
Ojalá para los próximos encuentros (la gran final) y para futuros torneos, las Juntas Directivas puedan trabajar de la mano con sus aficionados para garantizar que los partidos de fútbol no pierdan su origen natural: una competencia deportiva.
A continuación algunas fotos de lo que a juicio de muchos aficionados fue lo negativo de la tarde:
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